Barranquismo

Vinnufossen 2019

Noruega se enorgullece de la calidad de su petróleo, la pesca, sus famosos exploradores polares, sus fiordos, ríos y cascadas. La más alta de ellas, Vinnufossen (Vinnufallet), está situada en el centro de Noruega cerca de la ciudad pesquera Sunndalsør y cae en el valle del río Driva.

Su impresionante altura de 865 metros la convierten en la mayor cascada europea y en la sexta del mundo, aunque la más alta del mundo sea solo 120 metros más alta. Mientras que las dos más altas, Salto Angel en Venezuela y Tugela en África del Sur han sido conquistadas en los últimos años, incluso varias veces, Vinnufossen esperó a ser «descubierta» mucho más tiempo a pesar de estar a la vista de todo el mundo, desde el aparcamiento en el valle hay una vista perfecta.

El ávido barranquista alemán e ingeniero mecánico Jörg Schmidt de Munich unos años antes se propuso conquistar la cascada a cualquier precio, sea el primero o no. En 2018 formó un equipo netamente alemán que al final se redujo a tres barranquistas alemanes. Sobre el lugar llevaron a cabo toda la preparación: mapeado, instalación en la parte baja de argollas de para el rápel, transporte de material a la llanura sobre la cascada. Sin embargo no tuvieron suerte con el tiempo, las temperaturas de julio subieron hasta unos nunca vistos 35 °C y el glaciar comenzó a liberar una gran cantidad de agua. En una situación tan peligrosa, el grupo decidió no entrar a la cascada y regresó a casa sin el «premio». ¡Pero el sueño nunca muere!

En julio de 2019 Jörg propuso a otras personas integrarse en el equipo, que llegó hasta las siete personas: dos alemanes, tres franceses y dos checos (Jan Boučka, padre e hijo). Además completaron el equipo otros tres amigos y amigas como equipo de soporte. Para conquistar la cascada instalamos un campamento en el valle y nos reservamos 14 días.

El segundo día nos pusimos de inmediato con la parte más baja de la cascada, subiendo desde abajo, para que el equipo cogiera rodaje y se «afine». Existen varias «escuelas» de barranquismo: francesa, alemana, española… que se diferencian en algunos procedimientos. La colaboración con los partidarios radicales de la escuela francesa y otras es, por decirlo con suavidad, algo problemática. De hecho podría decir que la inexistencia de una escuela checa nos favorece. En el pasado hemos aprendido técnicas específicas de franceses, españoles, eslovenos, suizos y madeirenses. Podemos aprender algo de cada uno de ellos. Otro problema es que las cascadas extremadamente altas requieren una técnica de paso del todo distinta al del barranco europeo común, dondes las cascadas miden entre 10 y 50 metros, excepcionalmente hasta 100 metros. La escuela francesa «cubre» perfectamente estos barrancos, pero Vinnufossen no es uno de estos. Pero esto se merece un largo debate entre especialistas.

Para siete personas teníamos siete cuerdas, cada una de 120 metros de longitud. Tuvimos tres taladros con batería en carcasa impermeable, con cada taladro dos acumuladores y seis brocas de 10 mm. (¡Al final usamos solo un taladro, dos acumuladores y solo una broca! Sin embargo la idea de que algo se rompe y no tenemos recambio es insoportable porque es casi como una sentencia de muerte.) Para la instalación tiramos de unos 50 soportes de cadena de acero especial. Además, por supuesto, los trajes de neopreno o secos, asientos, cascos, mosquetones, emisoras, comida, cámaras de fotos, botiquines…

Pero me estoy adelantando… Durante dos días en el campamento ensayamos varias situaciones y señales. ¿Qué pasa si se rompe la broca del taladro? ¿Se daña la cuerda? ¿Habrá heridos? Fue problemático unir las técnicas utilizadas con las cuerdas, porque cada uno está convencido de que sus métodos son los mejores.

Vinnufossen se ve realmente bien desde la carretera y desde la pendiente opuesta, hicimos muchas fotografías de detalle. Además muchos senderistas han filmado la cascada con detalle desde drones y han compartido las imágenes en las redes. Había bastante material de estudio. Después de pensarlo largamente decidimos que para la parte inicial, la más perpendicular, donde una fuerte corriente de agua atraviesa la brecha y cae unos 250 metros hacia abajo, iremos unas decenas por los lados y volveremos más abajo a la corriente principal. No es nada que no sea habitual, en las cascadas más altas del mundo casi nunca se puede ir directamente por el agua. Por ejemplo Vinnufossen tiene una potencia estimada de 40 MW y la idea de que una persona se puede envolver de toda esa energía es irreal. Las cascadas extremadamente altas se recorren con cuerdas con respeto y a suficente distancia de la corriente de agua.

Hacia el quinto día de nuestra estancia cargamos en la espalda lo que pudimos recoger y partimos por un sendero empinado desde un pueblo cercano hasta la llanura sobre la cascada. A una altitud de unos 1200 metros había una gran cantidad de nieve, pero no hacía demasiado calor, por lo que no había mucho derretimiento de agua. Por la cornisa sobre el valle llegamos a las proximidades del límite superior de Vinnufossen, instalamos el campamento base, observamos el inicio de la cascada y volvimos al valle. Los dos días siguientes observamos el tiempo desde la comodidad del campamento. Había diferencias entre varios pronósticos, pero nos fiamos con optimismo en uno de ellos. De nuevo hemos cargado lo que necesitamos y hemos salido de nuevo hacia el llano. Plantamos tiendas y pasamos en ellas toda la tarde y la noche debido a la lluvia.

Al día siguiente, el día de San Juan de 2019, nos dio la bienvenida un sol brillante y el único día hermoso de esas dos semanas. El desayuno fue a las 6, la ruta con todo el material al inicio de la cascada duró más de una hora. A las 9 taladramos el primer estando y empezamos a bajar por la cuerdas por la pared vertical, con increíbles vistas de todo el valle, el río y los pueblos debajo de nosotros. Un amigo nos siguió con prismáticos desde un monte opuesto y por radio nos fue guiando en la buena dirección. Yo siempre ataba la cuerda, Jörg bajaba y en el sitio adecuado taladraba otro soporte. Se notaba su profesión y la praxis de ingeniero mecánico. Tan pronto como se colgaba en el soporte recién construido y soltaba la cuerda de la que colgaba, yo bajaba por la cuerda hacia él y colgaba otra cuerda. Los demás miembros del equipo bajaron tras nosotros, el último Jan hijo, cuya exigente tarea fue ir recogiendo la cuerda tras él y traerla hasta abajo. Además de documentar toda la extensión de la cordada. Así todo el tiempo, en total 17 horas. Un trabajo de hormiga sin fin. A las dos de la mañana (cuando en Noruega empezaba a salir el sol) «hicimos historia». ¡Fuimos los primeros en recorrer la cascada de arriba a abajo! Totalmente agotados, junto con la sensación fantástica de haber conseguido algo.

Después de un día de descanso tuvimos que volver arriba, recoger las tiendas y los sacos de dormir y volver abajo por el sendero, y de ahí a los coches, y hasta el ferry que ya nos esperaba.

¿Y qué más? Ordenar las fotos, cortar el vídeo, preparar alguna conferencia, programas de radio, documentar el recorrido y hacer pública la información para toda persona interesada en la ruta. Estas personas podrán utilizar nuestros conocimientos y los soportes que instalamos. ¿La próxima dónde? Síganos.

Texto: Jan Bouček
Fotos a video: Jan Bouček jr.

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