Para mi el mejor espacio de juego fue siempre la naturaleza. Montañas, ríos, lagos, bosques. Ya de niño anhelaba cada momento que podía salir y anhelaba más y más aventuras que me esperaran afuera. Aprender cosas nuevas, conocer la naturaleza y sus leyes. Eso fue lo que me fascinó, y se convirtió en mi mayor pasión. El día en que me senté por primera vez en el kajak empezó mi historia. El capítulo que me espera es el más largo.
Años en el club de remo, primeras carreras, derrotas, victorias. Aprendo a pelear con mis propios límites mentales y lo más importante que aprendo es el hecho de que nunca nada llega gratis. El trabajo duro vale la pena y las medallas de las grandes carreras están en casa. Quiero ir más allá. Conocer las montañas, el tiempo, las heladas y los vientos. Aprendí mucho en las aguas salvajes. Ahora es el momento de conocer algo nuevo.
Empiezo a dedicarme de lleno al alpinismo. Después de tantas horas en las rocas y tantos fines de semana en los Altos Tatras y los Alpes, por fin se hace realidad el sueño de un niño que soñaba con una gran colina. Una expedición al Himalaya a la cumbre de casi siete mil metros del Changabang. Una pared norte de dos kilómetros inspira un enorme respeto. Luchamos en una nueva línea de la pared del norte durante muchos días. Sin embargo la montaña vence. Por lo menos nos deja descender en calma. Otra gran prueba de la vida, para llegar más allá. Una experiencia inmensa y una gran prueba de respeto por la vida y la amistad.
Quiero ir más lejos y más alto. Una de las aventuras más difíciles del mundo es la carrera Red Bull XAlps. Una carrera en parapente desde Salzburgo a Mónaco. En línea recta más de 1000 km. En realidad más de 2000 km por cuenta propia y por el aire. Llegar a estar nominado entre los 33 mejores parapentistas del mundo es para mí inimaginable. ¡Llegar ahi me ha costado 12 largos años de preparación! Me invaden unos sentimientos difíciles de explicar, y a pesar del sufrimiento lo disfruto enormemente.
El capítulo siguiente será el más largo. Lanzarse a una travesía en solitario del Atlántico en un yate oceánico construido por mí mismo es uno de los mayores retos de mi vida. El último barco que construí hace 25 años estaba hecho de corteza de pino, y lo que recuerdo bien fue el cuchillo en mis dedos.
Será un reto total. El tiempo corre de forma implacable y no queda mucho para un entrenamiento adecuado. Creo que todo el proyecto será una gran inspiración no solo para mí sino también para un entorno más amplio, podrá motivar a otros locos y hacer evidente que los límites solo están en nuestras cabezas. Puedes ver todo el proyecto en la web: www.acrossthehorizon.cz, o en Facebook @acrossthehorizon1.
Adrex seguirá el viaje de Michal «around the world». Quédese con nosotros y déjese inspirar. Su lema es «Si yo puedo, tú también puedes». «Cuando superamos nuestros límites internos también conocemos nuestra propia esencia.»
Texto y foto: Michal Krysta
